Según recoge la noticia de La Voz de Galicia de 21 de febrero que puedes leer entera haciendo clic AQUÍ, un trabajador de 38 años falleció tras sufrir un infarto en las instalaciones del puerto exterior de A Coruña. A pesar de que los compañeros trataron de animar al trabajador, no consiguieron mantenerlo con vida y el vehículo de urgencias sanitarias que llegó en primer lugar al lugar de los hechos no estaba preparado para atender a un hombre infartado, por lo que tuvo que acudir una segunda ambulancia. Al final, tuvieron que esperar más de media hora a que llegaran los equipos de emergencia, demasiado tiempo de espera para mantener a una persona con vida en esas circunstancias.
Hay que tener en cuenta que no todas las ambulancias están equipadas con sistemas de reanimación avanzado. Así, debemos distinguir entre ambulancias no asistenciales, destinadas al transporte de enfermos o accidentados y ambulancias asistenciales. Y dentro de estas últimas, debemos distinguir entre ambulancias de atención sanitaria inicial, que pueden proporcionar una atención de soporte vital básico; y las ambulancias destinadas a proporcionar soporte vital avanzado.
En la cadena de supervivencia tras una parada cardiorrespiratoria, el primer eslabón consiste en reconocer bien la situación. El objetivo es poder explicar bien qué es lo que parece que ha sucedido en la llamada que se haga inmediatamente a los equipos de emergencia. De esta forma, la persona que nos atienda por teléfono dispondrá de toda la información para elegir el tipo de vehículo que más se adecúa a la solicitud de auxilio recibida.