Lo que se conoce como “cadena de supervivencia” se compone de una serie de técnicas y maniobras encadenadas que deben ser llevadas a cabo cuando se produce una parada cardiorrespiratoria.
1.-Evaluación de la situación
El primer paso al enfrentarse a una parada cardiorrespiratoria es la evaluación rápida y eficaz de la situación.
Una buena evaluación es el punto de partida para el éxito de la maniobra de resucitación.
Ante todo, asegúrate de que el entorno sea seguro para ti y la víctima. Si es así, lo primero que hay que hacer es verificar si la persona está consciente. Para ello, debemos intentar llamarla o moverla suavemente. Si no responde, hay que evaluar si respira observando el pecho o escuchando su respiración. Si no presenta signos de respiración o esta es agónica, debemos llamar a los servicios de emergencia inmediatamente.
2.-Llama a los equipos de emergencia:
Realizar esta llamada en los momentos iniciales les permitirá llegar al lugar del incidente cuanto antes.
Al realizar la llamada, es esencial proporcionar todos los detalles posibles sobre la situación.
Por lo tanto, debes proporcionar información lo más precisa posible sobre dónde te encuentras y las condiciones de la víctima. Esto no solo permitirá que los servicios de emergencia comprendan mejor lo que está ocurriendo, sino que también movilizará a los equipos más adecuados.
3.-Solicita ayuda de otras personas que se encuentren cerca
Cuando se realiza soporte vital básico, la fatiga puede aparecer rápidamente. Aunque tengas formación y te veas capacitado para realizar una maniobra de resucitación, procura la ayuda de otras personas que se encuentren cerca.
Las compresiones torácicas requieren un esfuerzo físico considerable.
Si hay más personas capacitadas en el lugar, es recomendable que se turnen cada dos minutos para asegurar que las compresiones sean efectivas y constantes. El cambio debe hacerse sin interrumpir las compresiones por más de unos segundos. Mantener la continuidad en las compresiones es crucial para que el flujo de sangre no se detenga, ya que esto podría reducir la posibilidad de una recuperación favorable.
4.-Busca un desfibrilador
El desfibrilador externo automático (DEA) o semiautomático (DESA) es una herramienta que puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en una parada cardiorrespiratoria.
Antes de iniciar las compresiones torácicas debes ir a por el desfibrilador y acercarlo a la víctima.
El cumplimiento de este paso te permitirá no tener que interrumpir las compresiones torácicas una vez que las has iniciado.
Si no estás sólo, pídele a quien esté cerca que vaya a buscar el desfibrilador, ello te permitirá ganar tiempo. Actuar con rapidez en esta fase inicial es crucial para aumentar las probabilidades de supervivencia de la persona afectada.
5.-Inicia la maniobra de reanimación
A.-Compresiones torácicas de calidad
Uno de los componentes más importantes del soporte vital básico es la realización de compresiones torácicas de alta calidad.
La constancia y la calidad de las compresiones son clave para mantener a la víctima con vida hasta que lleguen los servicios de emergencia.
Para hacerlas correctamente, deben colocarse las manos una sobre otra en el centro del pecho de la víctima, justo sobre el esternón. Debemos asegurarnos de que los brazos estén rectos y utilizar el peso del cuerpo para comprimir el pecho. La profundidad ideal es de aproximadamente 5 cm en adultos, permitiendo que el pecho se expanda completamente entre cada compresión. Las compresiones deben realizarse a un ritmo de 100-120 por minuto. Es fundamental no interrumpir las compresiones durante más de unos pocos segundos, ya que cualquier interrupción puede reducir la efectividad del flujo sanguíneo al cerebro y otros órganos vitales.
B.-Apertura de vía aérea y ventilación
Otro paso esencial en la maniobra de resucitación es la apertura de la vía aérea. Después de 30 compresiones torácicas, debe abrirse la vía aérea de la víctima inclinando su cabeza hacia atrás y levantando suavemente su barbilla. Este movimiento evita que la lengua bloquee el paso del aire. Para realizar una técnica de ventilación correcta, cubre la boca de la víctima con la tuya y sopla dos veces, observando si el pecho se eleva. Si el pecho no se eleva, verifica nuevamente la posición de la cabeza y asegúrate de que no haya obstrucciones. Sin embargo, si no tienes formación o si no te sientes seguro de realizar las ventilaciones, puedes continuar solo con compresiones.
El enfoque principal en soporte vital básico sigue siendo mantener la circulación a través de las compresiones torácicas continuas.
C.-Uso del desfirilador
Enciende el dispositivo y sigue las instrucciones que te dará, ya que estos equipos suelen ser automáticos o semiautomáticos. Coloca los parches en el pecho de la víctima como se indica en el dispositivo y espera a que el DEA analice el ritmo cardíaco. Si detecta un ritmo desfibrilable, el DEA te indicará cuándo debes presionar el botón para administrar una descarga. Después de la descarga, reanuda inmediatamente las compresiones torácicas. Si no se necesita descarga, sigue con las compresiones.
El DEA está diseñado para ser fácil de usar, incluso por personas sin experiencia médica, por lo que no dudes en emplearlo cuanto antes.
Además, si ya se ha administrado una descarga con un DEA, el equipo debe continuar vigilando a la víctima, repitiendo el ciclo de compresiones y ventilaciones hasta que lleguen los servicios de emergencia o la persona muestre signos de vida.