Santiago de Compostela, conocida por su riqueza histórica, cultural y académica, suma un curioso y vital dato a su ya extensa lista de peculiaridades: el Campus Sur de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), también denominado ‘Campus Vida‘, cuenta con la mayor concentración de Desfibriladores Externos Semiautomáticos (DESA) de toda la ciudad, superando ampliamente a otras zonas densamente pobladas como el Ensanche.
Según los datos que publica la página web de la Fundación Pública 061 Urxencias Sanitarias de Galicia, el Campus Sur alberga más de una veintena de desfibriladores, mientras que el Ensanche, uno de los barrios más concurridos de la ciudad, cuenta con apenas seis. Este contraste ha generado comentarios y reflexiones sobre el efecto que tiene la planificación y regulación relativa a la instalación de aparatos desfibriladores (en Galicia sólo los recomienda en determinado tipo de instalaciones) sobre la distribución de estos dispositivos salvavidas, especialmente considerando que el Campus Sur permanece vacío fuera del horario lectivo y durante la temporada estival.
La importancia de los desfibriladores en espacios públicos
Los desfibriladores externos semiautomáticos son dispositivos diseñados para administrar una descarga eléctrica controlada al corazón de una persona que sufre una parada cardíaca, restableciendo su ritmo normal. La rapidez en la intervención es crucial: cada minuto que pasa sin desfibrilación reduce las posibilidades de supervivencia en un 20%. Por ello, contar con estos dispositivos en espacios públicos puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
La paradoja radica en que, aunque el Campus Sur está equipado con un número significativo de estos dispositivos, la mayor parte del tiempo el campus está desierto. Durante los meses de verano y fuera de las horas lectivas, el área pierde su habitual bullicio estudiantil y se convierte en un espacio tranquilo y solitario, lo que lleva a cuestionar si esta concentración de desfibriladores es la más eficiente.
Campus Vida: Un nombre nunca mejor dicho
El nombre ‘Campus Vida’ cobra ahora un nuevo significado. La ironía no pasa desapercibida: un espacio concebido para la vida académica y la formación de miles de estudiantes, ahora también es reconocido por su potencial para salvar vidas de manera literal. La pregunta que surge es: ¿por qué este campus cuenta con tal concentración de desfibriladores mientras otras zonas más pobladas durante todo el año, como el Ensanche, están notablemente menos equipadas?
Sin duda, esta alta concentración de desfibriladores responde a un proyecto de prevención y seguridad desarrollado por la Universidad, cuya lógica intención es garantizar la seguridad de los miles de estudiantes, profesores y personal administrativo que transitan diariamente por el campus. Sin embargo, la realidad de su uso efectivo de facto queda en entredicho durante los periodos de menor actividad.
El contraste con el Ensanche: Una cuestión de prioridades
El Ensanche compostelano es una de las zonas más dinámicas y habitadas de la ciudad. Restaurantes, comercios, oficinas y una alta densidad de residentes hacen de este barrio un epicentro constante de actividad. Sin embargo, solo cuenta con seis desfibriladores distribuidos en sus calles, un número considerablemente inferior al del Campus Sur.
Aunque la distribución actual de cada dispositivo responda a criterios de accesibilidad, proximidad a centros educativos y espacios deportivos, la cuestión, analizada en términos de eficacia, merecería una reflexión. La presencia de desfibriladores en el Campus Sur es sin duda una medida positiva, pero también abre la puerta a una reflexión más amplia sobre la planificación de la infraestructura sanitaria en las ciudades. En caso de una emergencia cardíaca, la proximidad de un desfibrilador puede salvar vidas, pero también es crucial que estos dispositivos estén ubicados en lugares con alta afluencia de personas durante todo el año.
Los datos revelados por el mapa de desfibriladores de la fundación 061 Urxencias Sanitarias de Galicia han puesto de manifiesto una realidad que, hasta ahora, había pasado desapercibida. La discusión está servida, y tal vez sea momento de reconsiderar cómo y dónde se instalan estos dispositivos, para asegurar que puedan cumplir su función en el momento y lugar adecuados.
Como modelo a seguir tenemos el de la ciudad de Málaga que, mediante la instalación en las calles de la ciudad de tótems públicos en donde se contienen equipos de desfibrilación para atender una eventual emergencia ocurrida en la vía pública, ha conseguido incrementar significativamente las posibilidades de acceso permanente de la ciudadanía a desfibriladores.
Sobre la iniciativa de esta ciudad, puedes leer nuestra publicación titulada: “Málaga: Un Referente en Cardio-Protección Ciudadana“.
En última instancia, mientras se abre o no el debate sobre la distribución de los desfibriladores en Santiago de Compostela, una cosa queda clara: el “Campus Vida” hace honor a su nombre de una manera inesperada, demostrando que, incluso en los lugares más tranquilos, la preparación para salvar vidas nunca está de más.
Si quieres llevar en tu móvil un mapa con la ubicación de los DESA (Desfibriladores Externos Semi Automáticos) de esta ciudad, conocer las acciones debes realizar para auxiliar una parada cardiorrespiratoria o ver vídeo-consejos relacionados con la cardioprotección y hábitos de vida saludables, haz clic sobre la imagen, accede a la tarjeta cardiorresponsable de esta ciudad, y compártela con tus familiares y amigos enviándolas por WhatsApp, SMS o correo electrónico: